23/11/06

SOBRE LOS PERSONAJES

Yan Cott en su libro Shakespeare nuestro contemporáneo, escribe “El mejor de los montajes de Hamlet será quizás, el que logre ser mas contemporáneo y más Shakespereano al mismo tiempo”.
Y fundamenta su afirmación de un modo muy revelador para nosotros. Los personajes de Shakespeare están escritos, plasmados en su obra por los tiempos de los tiempos, se hayan atrapados en las circunstancias que el autor o su época, sería mejor decir, escogió para ellos. Es tan particular el tratamiento que da Shakespeare a sus seres y a sus situaciones, que estas sobrepujan el borde mismo de su contexto se lanzan hacia muchas direcciones en el tiempo, de modo que no nos es fácil comprender el teatro de Shakespeare en su totalidad y en muchas épocas ha sido considerado como un desastre dramatúrgico de insuperable belleza poética, pero sobre el cual nadie puede decir la última palabra.

Yan Cott nos avisa entonces del único modo en que podemos reconocer a Shakespeare y es a partir de nosotros mismos, de nuestro tiempo, es aquí y ahora que Shakespeare se clarifica, porque es en el presente donde único entendemos o percibimos la realidad desde su primordial esencia, la contradicción, la ambigüedad, la oposición, su inaprensibilidad y la franca oposición de sus fenómenos que escapan a cualquier espíritu historicista, a cualquier empeño racional o radical de ver el mundo, no se puede resumir la realidad sin amputarla como no se puede enmarcar a Shakespeare sin matarlo. Shakespeare es un fenómeno vivo que trasciende, simplemente porque supo captar y plasmar en su obra el caos de la naturaleza humana y de la sociedad y lo supo contrastar con las leyes morales que el hombre mismo se inventa para sobrevivir en comunidad, creando una dinámica tan realista que rompe el molde de cualquier pensamiento racional.

En fin, que es imposible ver, descubrir a Shakespeare como fenómeno vivo sin analogarnos, sin desenmascararnos y desenmascarar nuestro tiempo. Es entonces cuando Shakespeare, se trasforma en nuestra propia imagen, coincide y se hace claro en nuestros conflictos y nos ayuda a decodificar esa gran maquinaria política que rodea siempre al hombre en sus actos.

Cada nueva época, cada geografía, cada individuo descubre de nuevo a Hamlet, a Claudio, a Ofelia, a Gertrudis, a Laertes y a Fortimbras. Shakespeare nos donó el gráfico, los arquetipos, pero somos nosotros a quienes toca averiguar quienes son, cual es su mundo real y cual su destino y coherencia.


Ahora voy a referirme a los personajes y a los mundos que hemos encontrado sumergidos en nuestro presente y que Shakespeare nos ha ayudado a develar, voy a tratar de esbozar, de definir un poco a estos seres eternamente ángeles y demonios, sinceros y falsos, portadores de las razones mas elevadas del ser humano y ejecutores de los actos mas bárbaros de que es capaz su naturaleza, estos seres plenos de inocencia y culpabilidad, asesinos y víctimas, jueces y condenados y así sucesivamente la lista de valores opuestos continuaría hasta el infinito, sino conviniera saber que son en definitiva, humanos.